Murió el hombre, el mito sigue vivo

Opinión 25 de noviembre de 2020 Por El Objetivo
Diego Armando Maradona murió pero dejó una huella imborrable en el pueblo futbolero del mundo.
Maradona
Murió el hombre, el mito sigue vivo Foto: gentileza

En la tarde del miércoles 20 de octubre de 1976, la vieja radio de la casa estaba sintonizada en LV2. El equipo de Sucesos Deportivos encabezado por Víctor Brizuela trasmitía una nueva fecha del Torneo Nacional.

En Buenos Aires, en el barrio de La Paternal, Talleres se enfrentaba a Argentinos Juniors. Transitaba el segundo tiempo de ese partido y se produjo un cambio en el equipo local. Un jovencito de 16 años entró a la cancha y la primera pelota que tocó la utilizó para hacerle un "caño" al férreo mediocampista Juan Domingo Patricio Cabrera, "El chacho". Ahí comenzaba la historia.

La vida de Diego Armando Maradona acaba de apagarse, pero el mito nació y se hizo eterno mucho antes.

Diego Maradona fue creciendo, ganando espacio en la escena del Fútbol Argentino. En 1979, luego de haber quedado fuera del plantel que se consagraría Campeón del Mundo en Argentina, Diego junto a una notable generación de futbolistas generó una fiebre futbolera en las madrugadas con la participación del Seleccionado Juvenil en el Mundial de Japón.

La dictadura militar permitió que los jóvenes estudiantes ingresaran a las aulas horas más tarde luego de ver los partidos de la Selección Juvenil. Desde ese entonces, Maradona siguió construyendo su ligazón con el pueblo argentino.

En 1982, el desastre de la Guerra de Malvinas fue casi simultáneo con el desastre del equipo de futbol que compitió en el Mundial de España y no pudo superar sus propios problemas internos y la competitividad de las selecciones que enfrentó.

Fue un duro golpe para Maradona, quien por ese tiempo inició su incursión en el fútbol europeo. Su paso por el Barcelona con limitados éxitos deportivos y el recuerdo de una brutal agresión que terminó con una fractura en un violento partido ante el Athletic de Bilbao marcaron esa etapa.

Posteriormente llega a Italia, al Napoli. Allí comenzó a perfilarse la madurez del futbolista, que tuvo su pico máximo en el Mundial de 1986.

Lo que pasó después con Diego Armando Maradona tiene que ver menos con el fútbol que con sus problemas existenciales. Maradona ya era el mito del futbol y lo seguirá siendo. 

Hoy despedimos al ser humano, el mito futbolístico sigue vivo, sigue latiendo en el pensamiento de cada chico, en cualquier lugar del mundo, que corra detrás de una pelota y sueñe con vestir la camiseta de su equipo nacional, así como lo soñó él.

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