En este ciclo de entrevistas denominado “Mujeres Protagonistas” buscamos dialogar con aquellas que, con pasión, ideales y convicciones, conquistan su espacio influenciando a otras.

En este caso, Natalia Brasca, vicepresidenta de Cyre S.A y directora de Cordiez y Mercamax habló con El Objetivo de cómo logró ganarse un lugar de relevancia en la empresa familiar y sobre los avances que permanentemente logran las mujeres en diferentes ámbitos.

Natalia, ¿Cómo se dio la decisión de  comenzar a formar parte de Cyre S.A, la empresa de tu familia?

Mi abuelo, mi padre y uno de mis tíos comenzaron hace ya más de 50 años, por lo que en algún punto viene en el ADN de la familia. Siento que heredé la vocación. Soy nieta, hija, sobrina y hermana de comerciantes. Nací dentro del supermercado y esa pasión y amor por lo que uno hace se lleva.

¿En algún momento tuviste dudas sobre si seguir o no el mismo camino que el resto de tu familia?

Empecé de manera activa a participar en la empresa hace casi 20 años, mi infancia fue jugando en el súper.  Pero a los 14 años ya era cajera y ya había pasado por varios puestos operativos del negocio. No hay un momento sino una elección.

Soy contadora pública nacional. Trabajé un par de años mientras estudiaba y luego de haberme formado y haber trabajado en otros espacios elegí volver a la actividad de la familia. No hay dudas que es mi vocación.

¿Fue una dificultad ser la única mujer de la familia en formar parte de una empresa mayormente integrada por hombres?

De la familia soy la única mujer, pero eso nunca fue una dificultad. Tengo mucho agradecimiento por todo lo que me han enseñado. 

Es una organización que siempre había sido dirigida por varones, pero hoy tenemos lugar también las mujeres y se fue dando de forma muy natural.

Si uno mira 60 o 70 años atrás, hoy se han conquistado otros espacios  que eran protagonizados en su mayoría por hombres. Y nuestra empresa no es ajena a ello, ya que hoy las mujeres tienen una participación mucho más importante en todos los ámbitos.

Y en tu rol en la empresa, ¿te costó hacerte relacionarte con mayoría de empresarios varones?

Es un rubro muy masculino. Cuando uno participa de distintas cuestiones siempre es mayor el porcentaje masculino. Ser mujer en la dirección de una empresa todavía es una novedad, pero siempre me ha sido con facilidad y respeto.

No sentí que deba alzar la voz para que me escucharan. Tanto a nivel nacional como a nivel mundial existe la disparidad, las mujeres pelean por ese lugar. Pero el lugar está y una se lo puede hacer.

Me toca compartir la dirección estratégica con otra mujer y el 50% de las colaboradoras de nuestra empresa son mujeres. En esta empresa la mujer representa una fuerza laboral importante.

¿Qué tan demandante es ocupar un cargo fundamental en la empresa, con respecto a tu vida personal?

Estoy en este espacio de mujer y directora. Es estar todo el día y todos los días con muchas horas de trabajo. Al ser una elección ,y no una imposición, no lo siento como una carga y tampoco que no tenga vida más allá de esto. Es posible compatibilizar los mundos.

¿Qué consejo le darías a otras mujeres para que puedan continuar ganando su espacio?

Que trabajen con un propósito, descubrir el para qué. Eso se conecta con el amor de lo que uno hace, la motivación para hacerlo y la genuina vocación de servicio.